viernes, 4 de marzo de 2011

Abuelo del alma

Silbando una melodía
de aquellos tiempos pasados,
con el toscano en la mano
y su bastón por el suelo.

Por la mañana temprano
preparaba mate cocido,
lo tomaba con un pan,
que le quedó del domingo,
extendía su cama apenas
y se aferraba al retrato
donde posaba la abuela,
con su sonrisa en los labios,
dejando deslizar,
una lágrima perdida,
por su arrugada mejilla.

Historias que me contaste,
cuando viniste de Italia,
hoy las tengo de recuerdo
en lo profundo de mi alma.

Todabía llevo grabado
cuando retaste a mi viejo,
nos reímos al momento
por tu enfadada expresión,
pues tú nunca te enojabas,
tenías gran corazón.

Abuelo hoy que te fuiste
vino el recuerdo a mi mente
en todas estas palabras,
enseñándome lo bueno
y enfrentar las cosas malas.

Por eso yo te prometo
querido abuelo del alma
que llevaré tus consejos
a donde quiera que vaya
y aunque vos te fuiste al cielo,
yo me quedé con tu alma.

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